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Channel: Comentarios en: “Inside Job” y el conflicto de intereses
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Por: Spinoza

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“Inside jobs” hace referencia implicitamente a un tema tratado por dos admirados filosofos: Javier Gomá en sus estudios sobre la ejemplaridad y más especificamente, Aurelio Arteta en su reciente libro “Mal consentido” Se trata de la participación de usted y la mía, de cada uno individualmente, en la existencia del mal. En este caso la corrupción económica en sus diferentes manifestaciones.

El asunto tiene cierto tratamiento jurídico en el “dolo eventual”: el mal no querido expresamente pero que es consentido por mi interés. También en la legislaciónes sobre blanqueo de capitales donde se exige una diligencia activa, pudiendose incurrir en culpa incluso por falta de animo averiguativo del individuo. Sin embargo, en este caso, como en tantos otros, como es sabido, el derecho ha quedado por detrás de la realidad.

La realidad es que existen crímenes sistémicos. Son aquellos cuyos autores son una parte entera de la sociedad. Cuando todo un colectivo amplio es el que lesiona el bien jurídico penalmente protegido, bien directamente como autores o cooperadores necesarios o bien indirectamente con algún grado de complicidad. En tales casos cabe plantearse hasta que punto goza de legitimidad ese bien juridico para reclamar su protección. ¿no ha ocurrido algo de esto con el aborto? ¿Puedo pretender una accion penal contra el presidente de una caja si yo mismo soy mutualista de la misma y he estado mirando para otro lado, mientras se construía un aeropuerto a todas luces exótico?

Todo ello nos lleva a comprobar que las leyes no se acaban de legitimar en los parlamentos, sino que exigen un trámite más: la aceptación social. Aquí pasamos del “positivismo juridico” a un derecho originario del individuo organizado en colectividad: la “multitudo”.

Si la sociedad, en cuanto individuos organizados, es el último referente de las leyes, es de justicia que estos reciban toda la informacion existente sobre las consecuencias de sus actos y de sus elecciones. Eso se llama educación y responsabilidad. Si se que tendré que responder de mis actos, exigiré toda la informacion correspondiente. Sin embargo el esquema actual y posiblemente de siempre ha sido el contrario: la desinformación y la irresponsabilidad, sin perjuicio de que nos terminen alcanzando tarde o temprano las consecuencias.

Surge pues la pregunta ¿de verdad estamos dispuestos a tener ciudadanos formados e informados o preferimos un rebaño de ovejas fácilmente pastoreables?

Diriase que hasta ahora la respuesta ha silo la primera: No les hemos explicado suficientemente bien a nuestros ciudadanos que de sus hipotecas responden con todos sus bienes, y que los bancos donde tienen sus ahorros pueden fracasar y quedarse sin su dinero. Al contrario les hemos dicho que no se preocupen y pidan mas créditos, que ya los pagaran sus hijos y que el banco de España se encarga de que los bancos siempre gocen de buena salud, nada de que preocuparse. Tambien les hemos dicho que no se preocupen de quienes son sus gobernantes y sus juzgadores, ya se encargan de ello los partidos políticos. Incluso educamos a nuestros hijos, para que acepten nuestros modos mas que a desarrollar su propio pensamiento.

¿Estamos ahora dispuestos a tener una sociedad de ciudadanos emancipados, que asuman la responsabilidad de sus actos, que elijan a sus gobernantes y que piensen en libertad?

TEILHARD


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